Güera es una perra de talla y hermosura épicas que fue encontrada vagando en la colonia Marianita, donde apareció un día tirada en una banqueta. Sin posibilidad de moverse, por problemas de salud desconocidos, fue alimentada por un vecino que se compadeció de ella durante algún tiempo, pero se vió obligado a dejar de hacerlo. Después de recuperarse, Güera sufrió el rechazo de vecinos que le lanzaban piedras y agua para alejarla de sus banquetas. Un día Güera entró en celo, mi sobrina Andrea escuchaba día y noche sus quejidos -causados por el asedio de los perros-, Andrea nos informó de la situación y gracias a la colaboración de tres valiosos miembros honorarios de Huellitas (Daniel, Betito y su papá Martín -quién aportó la camioneta en la que Güera fue recogida, embalada y transportada a su nuevo hogar provisional) tuvimos la oportunidad de hospedar a esta hermosa criatura cuadrúpeda, que se adaptó sin resistencia al diminuto espacio que le ofrecimos.
Durante su estadía, Güera aprendió a sentarse, a dar besos en la mano (...cuando se le pedía saludar :p), a tolerar gatitas hiperactivas que usaban su cola de juguete; se hizo amiga de Huesos, fue esterilizada, conoció Parque Bicentenario, comió dos veces al día y durmió en un colchón calientito... cosas por las que nunca dejo de mostrar agradecimiento.
Hoy Güera vive en un rancho donde desempeña el oficio de pastora que lleva en la sangre y desborda su energía corriendo a sus anchas. Es cuidada por el señor Julián García, a quién agradecemos y felicitamos por haber recibido en su vida a esta perra excepcional...
Extrañamos tus besos Güerita! :D
Elegante, que bueno que ande pastoreando, realmente es una perra hermosa y muy agradecida. Por cierto, el perro de atrás en la foto parece estar pensando "¡Ay sí!, 'ora eres conse y te toman fotos nomás porque eres grandota, güerota, con pose de raza, con cola educada y... ¿y quieres salir a comer un hueso conmigo?"
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